Se imaginan que somos
los juguetes de un
dios que aún va
al parvulario,
protegiéndonos
de otro niño-dios
al que le quemó
sus muñecos
de dinosaurios.
No seas yo.
Se imaginan que somos
los juguetes de un
dios que aún va
al parvulario,
protegiéndonos
de otro niño-dios
al que le quemó
sus muñecos
de dinosaurios.