Se imaginan que somos los juguetes de un dios que aún va al parvulario, protegiéndonos de otro niño-dios al que le quemó sus muñecos de dinosaurios.
No seas yo.
Se imaginan que somos los juguetes de un dios que aún va al parvulario, protegiéndonos de otro niño-dios al que le quemó sus muñecos de dinosaurios.